17 oct 2017

CON EL GM WILLIAM LOMBARDY TERMINA UNA EPOCA DEL AJEDREZ DE LOS ESTADOS UNIDOS.




En 1979 estuve jugando el Torneo Internacional del Marshall Chess Club en Nueva York donde jugué interesantes partidas contra Sunil Weeramantry, entrenador de super nivel (padrastro del GM Nakamura), contra Sidney Bernstein, participante en una decena de campeonatos nacionales de Estados Unidos donde jugó en muchas ocasiones con Bobby Fischer. También pude enfrentarme al Dr. Ariel Mengarini, parte importante de la historia del ajedrez neoyorquino. El caso es que el GM Roman Dzhinzhishashvili entre broma y broma me decía que si hasta entonces seguía invicto, no era de esperarse sobreviviera una ronda más pues seguía él mismo o tal vez el GM Soltis, pero que le había gustado tanto las revistas que le había regalado, (Infantería plus 2200, que publicaba yo en aquel entonces), que consideraría hacer tablas conmigo si aceptaba ayudarle a hacerle una broma al GM Lombardy. Realmente no me acuerdo totalmente del tipo de broma y como era el asunto, pero se basaba en una tradición de Georgia un poco extraña y que le retrasaría unos minutos para hacerlo llegar tarde a que asistiese a una misa. El caso es que tras unos minutos de la propuesta, pude ver el pareo y me tocaría el MI Michael Wilder, lo que al principio me sentí aliviado, pero tal alivio sería temporal, pues perdí con aquel maestro y así sufrí la primera derrota en el torneo (afortunadamente no perdí ya mas).
El caso es que el GM georgiano me presentó al GM Lombardy y con Fabio La Rota de Colombia tuvimos una interesante conversación, mientras esperaba yo que terminase su partida el Maestro Rolando Anguiano con quien había viajado a Nueva York.
Pocos meses después el GM Lombardy viajaría a México y pude acompañarlo a varios museos de historia, sobre todo al Museo del Virreinato, donde pude constatar su gran cultura, y la profundidad de su preparación, sacerdote católico muy inquisitivo, clásico estilo de la Compañía de Jesús, que me hizo recordar a mis viejos mentores de esa orden.
En esos años aún no había yo tratado al GM Bobby Fischer y escuche sin prejuicios el relato que el GM Lombardy hizo del match de Reykjavik y le comenté que por invitación del Maestro De Winter trabajé con Televisa una serie de entrevistas con los asistentes de Spassky en ese match, principalmente con el GM Krogius.
Más tarde escucharía la versión de los hechos de parte del GM Fischer, donde siempre habló con gran respeto de Lombardy y denote en sus palabras un cariño sincero, a pesar de que él mismo Fischer comentó que tuvo serias discrepancias con él, y aun tenía la duda de si Lombardy estaba en lo correcto, pero que Fischer se mantuvo en sus decisiones. Saidy, Evans y Lombardy, aparte de Rossolimo y Sidney Bernstein, así como el GM Bisguier, tuvieron mucha relación con Fischer y él siempre comentaba de ellos como sus buenos amigos.
Ya muchos de los nombrados se han ido, solo sobrevive Saidy, que curiosamente fue el primero que conocí de los mencionados, en aquel lejano 1970 cuando participe en el American Open que se jugó en los mismos salones del Hotel Miramar de la famosa segunda edición de la Copa Piatigorsky en Santa Monica, cuando en 1966 Fischer y Spassky se enfrentaban en dos ocasiones.
Ese ajedrez de Estados Unidos que pude conocer entre 1970 y 1980 parece ya haberse desvanecido con todos esos jugadores, que a pesar de haber sido originarios de muchos países, era netamente de los Estados Unidos, pues después la emigración soviética entre 1980 y 1992 le dio un cambio radical  al ambiente del ajedrez en ese país, que se agudiza en el siglo XXI.
El GM Lombardy hace poco más de dos años publicó un libro sobre sus memorias y es el caso es que hace poco más de un año pude hacer descripción del libro en un escrito que publiqué en 2016. Aquí lo publicó de nuevo:


El libro del GM William Lombardy, Understanding Chess, maravillosamente ilustrativo.
Este GM de 78 años,  que fuera, como muestra la popular película, La Jugada Maestra” estuvo muy cerca del GM Robert Fischer en su zaga por el campeonato mundial en 1972, además fue Campeón Mundial a finales de los años cincuenta del siglo XX, estableciendo un record de los Mundiales Juveniles, pues Lombardy ganó todas las partidas que disputó al obtener su corona.
Lombardy describe muy bien la situación del ajedrez entre niños en los Estados Unidos. Siendo durante muchos años sacerdote católico en Nueva York y ajedrecista de gran preparación, es interesante lo que comenta.  El dice que se habla mucho de los beneficios que la práctica del ajedrez trae a los niños y a él, como a mi,  sorprende mucho que aquellos que más lo pregonan son como una especie de enemigos de los ajedrecistas que compiten en torneos, pero más de aquellos que ostensiblemente saben más de ajedrez que ellos. Claro que muchos apuntan su propaganda al ajedrez no con el principal interés de que más niños jueguen al ajedrez, sino más bien a que más papás se inmiscuyan en el ajedrez y contraten sus servicios.
Algunos hacen una labor muy loable y se especializan en principiantes y ya cuando los niños pasan de ser principiantes, pues sueltan a sus “clientes” y les permiten que se canalicen a tomar instrucción con instructores de más nivel, que necesariamente , son jugadores de ajedrez.
Pero hay otros que parece que se sienten dueños del niño y a cada éxito de sus pupilos se toman fotos y los ostentan como medallas suyas siendo que muchas veces esos niños progresan a pesar de ellos. Pero han sabido ganarse a los padres con halagos e incluso hacen buena labor de gestión para conseguir apoyos gubernamentales para los niños, claro, con su “instructor” pegado que a la larga saca mucho jugo también.
Ese es el medio que describe con precisión el GM Lombardy en su libro, donde uno puede observar toda la corrupción y que es exactamente igual a la que observo yo también en el medio mexicano, por lo que el libro me pareció sumamente instructivo.
Claro que también habla de los métodos de estudio y de enseñanza del ajedrez y muestra bien comentadas sus mejores partidas en una carrera de altos vuelos donde obtuvo un sitio mundial muy relevante en el ajedrez.
Pero cuando el describe la corrupción que reinaba, y seguramente sigue reinando, en el medio norteamericano del ajedrez infantil, parece que muchas de sus prácticas han sido copiadas y aplicadas en México, pero además describe otras que, afortunadamente, aquí todavía a nadie se le han ocurrido. Sería como un Manual para Viene Viene transas del Ajedrez.
El libro aparte es magnífico y muy ilustrativo en diversas maneras, lástima que no es fácil de adquirir, solo por correo con la USCF, en PDF ya circula, pero creo que el GM Lombardy merece, y necesita, que se haga un esfuerzo especial por adquirir el libro que es de los pocos que vale el doble de su precio. Ojalá muchos Viene Viene del ajedrez mexicano no lo compren, además de que ya de por si odian a los ajedrecistas que si saben, Lombardy, a pesar de ser sacerdote, les parecerá el diablo por lo que expresa de los Viene, Viene.
Pero para todo ajedrecista y profesional serio de la enseñanza del ajedrez es, como dicen por ahí, un imperdible.